sábado, 30 de enero de 2010

Diario de campo: Visita 2

Esta observación se llevo a cabo el día Sábado, 30 de Enero de 2010 en la primera sección del bosque de Chapultepec (sobre la Avenida Reforma al Poniente de la Ciudad de México) con una duración aproximada de dos horas y media por lo menos.

Para llegar a este lugar el visitante puede tomar el autobús que se toma desde el metro Chapultepec o el metro auditorio, otras opciones son el automóvil y el autobús que deja a los visitantes exactamente en los accesos al bosque de Chapultepec o bien el visitante puede llegar caminando desde los metros antes mencionados. Por ser Sábado la avenida Paseo de la Reforma se encuentra muy transitada (autos y autobuses) esto se debe a que a lo largo de esta avenida se encuentran gran cantidad de atracciones turísticas como museos, monumentos, cines, centros comerciales etc. En el punto en donde me encuentro los visitantes llegan desde distintos puntos de origen y a pesar de que la avenida cuenta con oficiales de tránsito y semáforos observo que algunas familias cruzan la avenida de modo desordenado y no respetan las indicaciones del semáforo, arriesgándose a ser arrollados por el transporte público, además de ocasionar pequeños embotellamientos y ruido de los claxon de los autos.


El clima ese día es nublado y frío. En la entrada, sobre la acera en donde empiezo mi observación (la entrada que lleva hacia el lago) se ubican algunos puestos ambulantes que venden algodones de azúcar, dulces, refrescos, chicharrones, fruta fresca, entre otros alimentos. Estos puestos son muy sencillos, algunos se componen de una canasta muy grande en donde los comerciantes depositan dentro sus mercancías, el puesto de algodón es una maquina y un poste en donde “clavan” los algodones listos para vender. Los puestos de frutas comprenden una tabla colocada sobre cajas y la tabla se cubren con un mantel floral de plástico. En general son muy sencillos y prácticos pues no son fijos, incluso se puede decir que algunos son completamente improvisados pero que cumplen con el fin de “exhibir” la mercancía para vender. Cuando se cruza la reja a la derecha se encuentran los servicios sanitarios en donde se aglomeran algunas personas que esperan por alguien que ha entrado. Los sanitarios no tienen ningún tipo de vigilancia pues para accesar el pago es completamente automático. En el lugar en donde se ubican los baños hay un mirador, es decir un espacio techado (laminas de plástico), de estructura metálica y cuyo piso es de madera, al caminar sobre este mirador algunas partes crujen y se sienten inestables, al llegar al barandal observo a una pareja de novios siendo fotografiados por una persona dueño de un puesto de fotografías en llaveros (costo 2 llaveros por $20.00 pesos). Desde este mirador observo una parte del lago, el islote y algunas personas en lanchas, a la derecha de donde yo me ubico se encuentra un kiosco aparentemente de comida pero que está cerrado. Sobre el mirador y muy cerca del acceso al bosque observo a un hombre sentado que renta carriolas. Su puesto consiste en un letrero en cartulina verde que indica la renta de estos objetos y las carriolas acomodadas en fila.


Camino por el corredor por dónde van los visitantes, a sus lados se observan los arboles e inmediatamente puestos ambulantes que venden toda clase de mercancías (comida, juguetes, artesanías en yeso, cámaras fotográficas desechables, rollos fotográficos para cámaras tradicionales, etc.) Este pasillo al que hago referencia en este punto se encuentra libre de basura pues a los lados también hay botes de basura (Orgánica e inorgánica), maltratados por las inclemencias del tiempo y otro tipo de botes hechos a base de botellas de PET, sobre el pasillo a mano derecha está la entrada al embarcadero, a la entrada hay una pizarra (colorida y llamativa) indicando las tarifas y las medidas de seguridad, para ingresar el visitante camina por un pasillo angosto de madera y en esa dirección accede a los muelles y a la caja. El área del embarcadero está organizada por varios muelles en donde hay lanchas de distinto color el cual indica si es para dos pasajeros o para cuatro y así sucesivamente, en esta ocasión no hay fila para rentar lanchas y el área se encuentra despejada, el acceso es rápido y una vez que han pagado las personas sólo tienen que esperar a que el personal encargado (jóvenes que portan uniforme amarillo con el logotipo del embarcadero) les asigne su lancha. Los visitantes que suben a las lanchas están obligados a usar el chaleco salvavidas que también les dan los empleados. Las lanchas no son como las tradicionales, estas ya no tienen remos, el modo de impulsarlas es por medio de pedales y una vez que la persona aborda, es necesario que pedalee para deslizar la lancha sobre el agua. Su diseño es moderno y están elaboradas a base de plástico por lo que aparentan ser ligeras y seguras. Son estables y por su diseño es casi imposible que se volteen.


Caminando en dirección al lago al lado izquierdo se encuentra un área de juegos infantiles, concurrida por los padres quienes cuidan a sus hijos mientras estos se divierten en los juegos. El área es completamente gratuita y los juegos se ven bien conservados.


Continuando mi recorrido sobre el pasillo observo a un grupo de personas reunidas alrededor de un árbol y por las vocecillas de los niños que exclaman emocionados que están viendo a una ardilla me doy cuenta de que ése es un evento que agrada y atrae poderosamente la atención de las personas, toman fotos y tratan de acercarse lo más posible pero con mucho cuidado para no asustar al animalito. Los niños son los más emocionados pues las ardillas que ya están acostumbradas a la presencia humana complacen a su “publico” acercándose un poco si les arrojan trozos de pan. Esta situación se repitió varias veces en distintos puntos en donde me sitúe para observar.

Caminando sobre el pasillo a la izquierda se encuentra el área de comida de esta sección. Se trata de locales pequeños y establecidos que venden tortas y tacos. Fuera de estos locales hay mesas y sillas de plástico color blanco cubiertas por una sombrilla azul. Para atraer a los visitantes a esta área sobre el pasillo se sitúan jóvenes que ofrecen la carta a los caminantes, gritan y ofertan los alimentos, son especialmente insistentes con las jovencitas que van en grupos y mientras observaba presencie varias situaciones de acoso tales como miradas lascivas o comentarios referentes a algunas partes del cuerpo femenino que estos jóvenes hacían a los grupos de muchachas provocando desagrado y molestia a éstas quienes procuraban ignorar el comentario y alejarse rápidamente.

Finalmente decido colocarme en un punto por donde confluyen todas las personas. Los vendedores ambulantes se sientan al lado de sus puestos, algunos se sientan al frente mientras gritan lo que venden mientras que otros se encuentran elaborando sus mercancías como en el caso de una señora que vendía cojines de colores llamativos en forma de corazón, estrella o luna. Para aprovechar su tiempo rellenaba los cojines y después los cocía.

Durante mi observación note que los visitantes tienen preferencias por los puestos en donde pintan las caras de los niños de determinado animalito del zoológico o de algún superhéroe popular y en muchas ocasiones eran los padres y no los niños quienes expresaban el deseo de contratar este servicio. Otro puesto muy concurrido es el de la caricaturización de una persona, en este el dibujante se sienta frente a la persona y hace una caricatura de ésta. En esta actividad observe que las personas que en realidad disfrutan esta actividad son los acompañantes del “dibujado” porque se sitúan detrás del caricaturista y observan el proceso del dibujante soltando algunas veces carcajadas o susurrando algo a los demás acompañantes. Cuando entregan la caricatura la mayoría de las personas se ríe mucho y queda muy complacida con el producto. Cuando terminan continúan su camino.

Mientras observo a las familias pasear noto una cantidad notable de adultos mayores que acompañan a sus familiares, a veces son ellos quienes cuidan a sus nietos o son sus hijos quienes cuidan de ellos, los llevan del brazo para que no se tropiecen y si llevan bastón caminan a su ritmo. Igualmente hay familias con integrantes de todas las edades pero también hay una cantidad considerable de parejas jóvenes con bebes, a quienes los llevan en sus carriolas o en brazos. En esta ocasión el número de grupos de adolescentes (hombres y mujeres) se incremento, mientras caminan van riendo, hablando casi gritando.

En el tiempo que estuve observando me di cuenta que las personas gustan de comer frituras, chicharrones o palomitas con salsa mientras caminan y las van compartiendo entre sí.


Nuevamente la actividad que la mayoría de los observados realizo fue tomarse fotos de espaldas al lago, así como, caminar por la orilla o en el caso de algunas parejas de jóvenes o adultos mayores sentarse a observar el lago en alguna banquita que se encuentra ubicada a los lados del lago. En esta ocasión observe a algunos padres en bicicleta y sus hijos pequeños siguiéndolos en sus triciclos, esta escena se repitió varias veces y lo que note es que al no haber una ciclo pista en esta zona los ciclistas tenían que alertar a los caminantes para que les cedieran el paso, incluso es un tanto riesgoso pues hay muchos niños pequeños caminando sin control y pueden ser arrollados por ciclistas o por los caminantes distraídos. Esta situación la presencie, cuando dos adolescentes que iban corriendo tuvieron que saltar a dos niñas pequeñas que se cruzaron intempestivamente en su camino.

Dado que el clima era muy frio en esta visita la vestimenta de las personas es totalmente informal pero abrigadora, en el “look” predominaron gorras, tenis, chamarras, sudaderas y pantalón de mezclilla o pants tanto en hombres como en mujeres. Algunos niños iban tapados de pies a cabeza.

El estado de ánimo de las personas era de alegría y relajación total, observe que los niños son quienes disfrutaban más del paseo pero que algunos adultos lo asocian con el recuerdo de su infancia, por ejemplo, escuche una conversación en la que una adolescente le comentaba a su novio lo mucho que le gustaba visitar el lugar pues le recordaba su infancia. En otra conversación efectuada entre un adulto y su padre (adulto mayor), el padre le contaba al hijo una experiencia vivida años atrás en una visita al bosque. En general los visitantes se mostraban sonrientes y abiertos a todos los estímulos que el ambiente les ofrecía.

En algunos espacios abiertos se colocaron payasos que con su música y micrófonos incitaban a la gente a reunirse alrededor de ellos, para disfrutar y/o ser parte del espectáculo para ganar algún premio, para hacer reír a la gente que ya estaba reunida los payasos hacían uso del lenguaje coloquial y se mofaban de las mismas personas que los observaban, este hecho lejos de molestar a las personas las hacía reír y permanecer atenta al espectáculo. Las dinámicas del show iban desde niños que pasaban al centro para bailar cualquier música hasta chistes o malabares que hacían los payasos. Cuando decidí retirarme del lugar aún continuaba el show de los payasos a pesar de la llovizna que ya estaba cayendo.

1 comentario:

  1. Excelente trabajo. Muy detallada observación. Equilibrio entre entorno material y conducta de los actores. Identificación del tiempo, espacio y ciertas emociones.

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