miércoles, 27 de enero de 2010

Diario de campo

Observación en el bosque de Chapultepec
Es medio día (12:14 p.m.) del Domingo 24 de enero de 2010, en la zona el clima es muy agradable pues el sol está en su punto más alto y corre un poco de viento que aligera el calor y además hace que las ramas de los árboles se muevan de un lado a otro haciendo sonidos muy agradables, mi arribo al bosque de Chapultepec es por la avenida Paseo de la Reforma y mientras espero que el semáforo indique el siga para los peatones observo que hay una gran afluencia tanto de vehículos como de personas descendiendo del transporte colectivo y caminando desde distintos puntos sobre la acera de esta concurrida y ruidosa avenida.

Los primeros sonidos que escucho son los de los vendedores ambulantes (que se encuentran en la puerta de acceso al bosque) anunciando comida como chicharrones, refrescos, algodones de azúcar, fruta fresca entre otros alimentos. Posteriormente aprecio las risas y el bullicio de los niños que caminan de la mano de sus padres hacia el bosque, el lago o el zoológico.

Decido hacer el recorrido como todos los visitantes para evitar hacer notar mi presencia y lo primero que observo es una cantidad notable de adultos mayores que acompañan a sus familias, que caminan solos o en grupos de no más de tres personas. Después observo a familias con integrantes de todas las edades pero también hay una cantidad considerable de parejas jóvenes con bebes, a quienes los llevan en sus carriolas o en brazos. Entre los asistentes también observo a grupos de adolescentes (hombres y mujeres) quienes llaman la atención de todos los demás por su ajetreo y bullicio.

La vestimenta de las personas es totalmente informal y fresca, en el “look” predominan gorras, tenis, playeras y pantalón de mezclilla o pants tanto en hombres como en mujeres. Algunos niños llevan shorts o bermudas.

Las actividades que las familias realizan son rentar una lancha para disfrutar el lago. En este punto observo una fila muy larga de personas que esperan su turno para poder abordar a estas lanchas, niños desesperados y padres que tratan de tranquilizarlos. En esta fila no hay adultos mayores pues esperan sentados y a la sombra de algún árbol a sus familiares.

Otra actividad que la mayoría de los observados realizo fue tomarse fotos de espaldas al lago, así como, caminar por la orilla o en el caso de algunas parejas de jóvenes o adultos mayores sentarse a observar el lago en alguna banquita que se encuentra ubicada a los lados. También observé a unas cuantas personas paseando en sus bicicletas.

Algunas familias llevaban consigo alimentos preparados por ellos mismos y los consumían sentados sobre bancas, jardineras, en la base de los árboles o en algún espacio sobre el pasto. Los platos preparados eran tortas o sándwich, fruta fresca (como mandarinas o naranjas) y refresco o agua fresca. Toda la familia se encontraba reunida alrededor de la comida y era la madre o el padre quien repartía las porciones a cada individuo.

En el caso de las personas que no llevaban comida, la compraban en los puestos que bordean el lago en donde también se encuentran otros puestos que venden mercancía como: mascaras y capas de luchadores para niños, peluches, pelotas, personas que pintan la cara a los niños, caricaturistas, aretes, collares, entre otra gran cantidad de mercancías.


Finalmente en algunas partes del bosque observo que el piso está completamente sucio por las marcas de las burbujas de gel que se adhieren a cualquier cosa, dejando un rastro blanco.

Me retiro del lugar de observación una hora después de mi arribo sorprendida por la fila de personas que aún esperaban poder rentar una lancha.

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